El liderazgo en los sistemas de gestión siempre ha sido nombrado, sin embargo, el nivel de alta dirección le da un mayor peso a la participación de la dirección en todos los ámbitos.
Entonces, nosotros como directores… ¿cómo debemos actuar?, ¿cumpliremos con solo realizar la revisión por la dirección?, ¿cumpliremos con la revisión semanal o mensual de los indicadores?
Además de esas participaciones vitales para el sistema de gestión, debemos atender la gestión de los recursos y algo muy importante: dar retroalimentación a los que encabezan los procesos. La retroalimentación que les podemos dar, la guía y los lineamientos que demos en cada uno de los procesos son vitales para la mejora continua; una mejora real y constante que no sólo se derive en inversiones, sino en el crecimiento y evolución de los procesos.
A continuación, te compartimos algunas estrategias de liderazgo y sistemas de gestión, con base en las 21 leyes irrefutables del liderazgo de John C Maxwell.
1. La capacidad de liderazgo determina el nivel de eficacia de una persona, recordando que la eficacia es la “capacidad para producir el efecto deseado o de ir bien para determinada cosa». Así que el liderazgo, responsable de los procesos, es responsable de producir la mejora y cumplimiento de indicadores. Recordemos también que un líder necesita fuerza y diligencia para impulsar los resultados previstos.
2. La verdadera medida del liderazgo es la influencia, nada más ni nada menos. Entre más logremos la influencia en el personal que está a nuestro cargo y entre más logremos motivar a nuestro equipo, mejores resultados tendremos y el ambiente laboral se mantendrá adecuado para la realización de las actividades y presentación de resultados.
3. El liderazgo se desarrolla diariamente, no en un día; el liderazgo necesita diaria actividad y constancia. Un verdadero líder se mantiene constante, parece que no se cansa, está infalible buscando el objetivo, atendiendo las contingencias que se presentan y actuando por el bien de la compañía. Vivamos un liderazgo constante y pensemos diariamente en nuestro papel y en las decisiones que lo caracterizan, ya que nuestro equipo espera estrategias para la solución de problemas.
4. Cualquiera puede gobernar un barco, pero se necesita que un líder planee la ruta. En muchas ocasiones, la planificación de las actividades puede ser una debilidad del líder; hay quienes tienen un plan en mente, más no lo documentan, y hay otros que toman decisiones en el momento preciso. Sin embargo, es importante realizar la planificación para lograr los objetivos; una planificación estratégica que no sólo considere la misión y visión de la organización, sino que nos permita lograr los objetivos establecidos.
5. Cuando un verdadero líder habla, la gente escucha. Hay que hablar con el personal, con los líderes y con la gente. Debemos transmitir nuestros conocimientos e ideales organizacionales al personal para poder llegar a la meta establecida, sin olvidar que la congruencia y la mesura son el mejor consejo del habla, en la que platiquemos sobre cosas trascendentales, cosas que aporten.
Aplica estas 5 claves estratégicas para el liderazgo de la organización para mantenerte siempre activo y receptivo.