La manera en que nos alimentamos es parte fundamental de nuestra salud y define la calidad de vida que tenemos. Actualmente puede resultarnos difícil conocer los ingredientes con los que están preparados los alimentos que consumimos, sobre todo aquellos que han sido procesados para conservarse durante más tiempo.
Una de las herramientas más útiles para informar a los consumidores sobre el contenido de los productos en el mercado es la etiqueta nutricional que aparece en la mayoría de los empaques, que por normatividad es obligatoria para todos los alimentos procesados que se venden en cualquier establecimiento. Entender lo que incluye la etiqueta de información nutricional puede ayudarte a tomar decisiones relacionadas con los alimentos en beneficio a tu salud. A continuación, te desglosamos las instrucciones para poder entender los elementos que la conforman:
Esta sección muestra cuántas porciones hay en el paquete y de qué tamaño es cada una. Los tamaños de las porciones se dan en medidas familiares, como “tazas” o “pedazos”.
Las calorías equivalen a una porción del alimento. Las “calorías de las grasas” indican cuántas unidades de grasa hay en una porción. Recuerda que un producto que no contenga grasa, no significa necesariamente que no tenga calorías.
Esta sección señala cómo los nutrientes en una porción de alimento contribuyen a tu dieta diaria total. Úsala como referencia para escoger los alimentos que son altos en los nutrientes que debes comer más y bajos en nutrientes que debes consumir menos; tus necesidades nutricionales dependerán de cuán activo eres físicamente.
Comer demasiadas grasas (especialmente saturadas y trans), colesterol o sodio puede aumentar tu riesgo de contraer ciertas enfermedades crónicas, como las cardiacas, algunos cánceres e hipertensión.
La fibra, la vitamina A, la vitamina C, el calcio y el potasio son nutrientes esenciales para sentirse fuerte y saludable; consumirlos de manera constante puede mejorar tu salud y ayudarte a reducir el riesgo de contraer ciertas enfermedades.
También es importante revisar si los productos que adquieres contienen altas cantidades de sodio o sal, ya que una pequeña porción de estos elementos es suficiente para ayudar a que ciertos órganos y fluidos funcionen adecuadamente. Sin embargo, la mayoría de las personas consume demasiado sodio sin saberlo, al no leer el etiquetado de los productos y añadirles sal en el momento de su preparación. Cabe señalar que el sodio también es relacionado con la hipertensión, disminuir su consumo puede reducir la posibilidad de padecer este trastorno, y a su vez, prevenir el riesgo de presentar enfermedades cardiacas.