Fraude alimentario es el uso intencional de engaños para obtener un beneficio por medio de los alimentos. Existen varios tipos, entre los que se encuentran los siguientes:
El fraude es una actividad criminal con motivaciones económicas. Como organizaciones, debemos de preparar medidas de control que nos permitan reducir el impacto de vernos involucrados en un fraude alimentario.
Para estimar la vulnerabilidad hacia el fraude alimentario se consideran 3 factores: las oportunidades, las motivaciones y las medidas de control no adecuadas o nulas. Lo que nos indica la siguiente ecuación:
Debemos considerar si nuestro producto pasa por una larga cadena comercial, en la cual se pueda presentar alguna incidencia, como medida de control, busquemos comprar a distribuidores reconocidos o representantes de la marca, quienes tendrán mejor cuidado sobre la misma.
Un factor en la motivación es si el producto se encuentra en “boom” por su origen, composición, propiedades y tiene alta demanda, debemos asegurar los controles en la cadena de suministro para garantizar el producto. Algún motivante lucrativo que se pueda presentar.
Medidas que tomamos para controlar las oportunidades y las motivaciones que se puedan presentar dentro de la cadena de suministros, como las que se encuentran:
Haciendo la respectiva suma de las oportunidades más motivaciones menos las medidas de control encontraremos la vulnerabilidad.
La vulnerabilidad se determina para cada materia prima, ya que cada una pasa por distinto proceso y controles. La constante revisión de las páginas oficiales sobre retiro de productos puede ayudar a determinar si las medidas de control son adecuadas o si hay que modificar alguno de los factores para reanalizar el producto. Consideremos comprar productos desde su origen o distribuidor autorizado ya que eso nos dará la garantía, realizar auditorías a proveedores e incluso análisis de identidad de materias primas para garantizar que el producto es de acuerdo a lo especificado.
Con lo anterior, trataremos de minimizar la vulnerabilidad con la que nos encontramos expuestos al elaborar productos alimenticios y fortalecer la cadena de suministro.