Desde 1948, la Asamblea Mundial de la Salud conmemora cada 7 de abril como el Día Mundial de la Salud, en reconocimiento a diferentes aspectos, sectores o agentes relacionados con la salud. Este 2020 ha sido designado como el “Año Internacional del Personal de Enfermería y de Partería”, por su importante contribución al logro de metas mundiales relacionadas con una serie de necesidades sanitarias; como la seguridad del paciente, la preparación y respuesta ante emergencias, además la prestación de una atención integrada, personalizada y centrada en las personas.
En los últimos años, las campañas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han trabajado para fomentar servicios médicos seguros, eficientes, equitativos y oportunos para todas las personas del mundo. Sin embargo, y a pesar de estas intenciones, quienes viven en los países menos desarrollados siguen sin tener acceso a una atención médica de calidad.
El personal de enfermería es crucial para lograr una cobertura sanitaria universal que ayude a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Ningún programa mundial de salud puede lograrse sin sumar esfuerzos para hacer frente a numerosas cuestiones persistentes y emergentes relativas a este sector; para ello se requieren de intervenciones normativas que permitan mejorar la actuación y el liderazgo del personal de enfermería, de la mano de un eficiente sistema de salud y el fácil acceso a los servicios médicos para el bienestar de millones de personas.
La enfermería y la partería constituyen el 50% de la fuerza laboral de la salud a nivel mundial, sin embargo su expansión no es equitativa ni suficiente para satisfacer la creciente demanda en materia de salud, por lo que existen enormes inequidades en la distribución del personal de alrededor del mundo. La enfermería es el grupo ocupacional más numeroso del sector de la salud, ya que representa aproximadamente el 59% de las profesiones sanitarias. Se calcula que la escasez mundial de profesionales de esta especialidad se concentra en los países de bajos ingresos, donde el crecimiento en el número de profesionales de la enfermería apenas sigue el ritmo del crecimiento demográfico.
Para subsanar la escasez de personal de aquí al año 2030 en todos los países, el número total de graduados en enfermería debería incrementarse de media en un 8% anual y tendría que mejorarse la capacidad para emplear a esos graduados. Sin ese incremento, las tendencias indican que en 2030 habrá 36 millones de profesionales, lo que supone un déficit previsto en función de las necesidades de 5,7 millones de profesionales, principalmente en las Regiones de África, Asia Sudoriental y el Mediterráneo Oriental. En paralelo, algunos países de las Regiones de las Américas, Europa y el Pacífico Occidental seguirían teniendo dificultades, con limitaciones definidas según el país.
Mejorar la salud, promover la igualdad de género y apoyar la fortaleza financiera de la economía son solo algunos de los beneficios de un sistema de salud que funcione de manera efectiva, donde las enfermeras y las parteras puedan trabajar a su máximo potencial. Bajo este objetivo la Organización Internacional de Normalización (ISO) acaba de aprobar un proyecto para desarrollar un Acuerdo Internacional de Taller (IWA, por sus siglas en inglés) diseñado para mejorar la calidad de los entornos de aprendizaje clínico para los profesionales de la salud. Dirigido principalmente a enfermeras y parteras, el futuro IWA 35 ofrecerá un enfoque global para garantizar la calidad de los entornos de aprendizaje clínico para los aprendices de atención médica en todo el mundo.
De igual manera, está en desarrollo un nuevo estándar ISO que tiene como objetivo apoyar a las enfermeras y parteras desde un nivel de gestión. La futura ISO 22956 , Gestión de la organización de atención médica, directrices para la dotación de personal centrada en el paciente, tiene como objetivo ayudar a las organizaciones de atención médica a mejorar y proporcionar capacidades y recursos de la fuerza laboral en relación con las necesidades del paciente.